LAS VIDAS DE MARA

   Las aventuras nocturnas guiadas por la urgencia de la inmediata reparación, por la necesidad de volver a renovar el proyecto de la noche anterior( siempre el mismo proyecto, el casi imposible proyecto ) y, de repente, el sueño, en el que lo saludable dura poco porque los ejércitos de tierra con sus lanzas producen laceraciones dolorosas pero, dentro de ese sueño nace el placer de olvidar la existencia, el gozar de la vida sin saberlo, el desencuentro con las obligaciones que roban la libertad.
   Las aventuras diurnas que nacen con advertencias difíciles de soportar, sería maravillosa una sonrisa sin palabras y sigue poner el saco de piedras a la espalda pensando en el proyecto referido al mismo tiempo que se reprimen las lágrimas de culpabilidad; a la vez el pelo se tiñe de humo y se va respirando gas que intoxica los pulmones y el cerebro y lo peor es que el estómago queda pleno y se esconden las lágrimas reprimidas.
   Las aventuras de las visitas diarias en la que hay tanto amor como compasión, en la que abundan las miradas observadoras, la inquietud multiplicada por mil, el deseo y el horror de besar algún día ese cuerpo adorado y vacío que quedará tirado mientras su espíritu toca mi hombro.
   Las aventuras exteriores son desconocidas por mi en este momento.
   Mara, en este momento solo desea paz y ternura y Mara sueña con algo mejor y puede incluir todo lo escrito anteriormente en su actual y única vida.