CUMPLEAÑOS 14 DE OCTUBRE
De paseo en solitario, esta tarde vi de lejos un hombre que me pareció conocer.
Estuve dando vueltas a la memoria que no obedecía, me acerqué lo suficiente como para satisfacer mi curiosidad y, sin estar segura de quien era, mi corazón supo de él.
Le estuve siguiendo de lejos y sí, era ese hombre bajito, feucho y gordito que decían y sí, era ese hombre hermoso, sonriente, divertido y amoroso que decía yo.
Andando tras él veía su pelo canoso con brillos de agua de lluvia ligera y sentí como había pasado mucho tiempo, como su paso era algo cansado y creí oir su respiración algo agitada, los años no perdonan.
Caminaba solo con sus perros que le miraban de tanto en tanto con cariño, como miran los perros y como le miraba yo.
Adelante y a su ritmo fui un rato más, quería recordarlo todo, quería rememorar lo que un día viví y sonreí y quise gritar, llamarle y decirle que estaba allí, que le veía, que me mirara y me abrazara y saltara abrazado a mí encima de los charcos.
Lo que salió de mi pecho fué un hondo y largo suspiro que hizo volverse a uno de sus perros que sí me oyó.
Paro un instante, miro mis pies y sonrío con dulzura, le dejo ir como la otra vez y me doy la vuelta como la otra vez, seguiré pensando en él alguna vez porque mi vida es otra, como sucedió la otra vez.
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