AHORA PLUMA

Frágil como la pluma que se desprende de su ala y va cayendo, bamboleándose según el capricho del viento; ahora, como una suave brisa, luego y de repente como un vendaval y, cuando consigue posarse en el suelo a descansar, un simple soplido de alguien, que pasaba por ahí en ese preciso e inoportuno momento y que no conoce el valor de esa pluma ni la tristeza de haberse soltado de su eje, la vuelve a lanzar a la vorágine.
En la vuelta a empezar va perdiendo sus barbillas pero no pierde su esperanza de seguir formando parte de algo, como pueda, de la manera que sea.
Inesperádamente y por suerte, un pájaro salido de la nada, la toma en su pico y la deposita cuidadosamente en el nido que está construyendo en ese momento.
¿Casualidad?, No, no existen las casualidades.