GRACIAS
Mantén tus manos dispuestas a recibir cuando deposito en ellas estas flores que dibujé para tí.
LLevalás con sumo cuidado y verás que jamás se marchitarán.
Como son invisibles nadie te preguntará, no tendrás que dar ninguna explicación, ni siquiera a mí, solo las olerás cuando quieras.
Es un ramito sencillo, no pesa apenas; una flor es la alegría, otra el deseo, la tercera la calidez y la última la serenidad.
Todas ellas conforman el amor entre seres inseparables en la memoria de sus vidas.
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