Mis Pensamientos

Esta es una página en la que pretendo mezclar mi realidad más real y mi realidad más fantasiosa. Difícil mezcla pero no imposible; ya lo iré viendo por mí misma.

lunes, 24 de diciembre de 2012

DE NUEVO


  ¡¡¡¡¡FELIZ NAVIDAD 2012!!!!!

sábado, 15 de diciembre de 2012

POCO ANTES DE NAVIDAD, COMO EN MI BOSQUE

   A las dos de la tarde de hoy, el olor a limón, el sonido de freir en la sartén y oyendo una canción cuyo estribillo decía "que bonito sería...", me ha traido sensaciones de cocina navideña, cuando mi madre y yo guisábamos cantando villancicos de toda la vida, riéndonos, esperando a la familia.
   Que ilusión, que alegría mirar las bolas doradas colgando, las velas del color del año, por encender, la tele esperando al Rey, inhundado el corazón de alegría por los olores mezclados con los deseos, los sonidos unidos a las voces, los sabores que hacían picar en el turrón cortado.
 Los abuelos, los hermanos y cuñadas, los sobrinos que iban a entrar corriendo para poner los regalos encima de la cama de mamá.
   Señor José me gustaría que bendijera la mesa, hace mucho que no le oigo, tragó saliva y lo consiguió, "menos mal".
   Llegan ya, corre, el Rey, no me da tiempo, ya le oigo desde aquí; ¿quieres que te ayude?... sí anda, friega tú esto mientras termino yo las croquetas.
   Hay que juntar las mesas, hazlo, pon las sillas, el mantel, todo por favor.
   Que cantidad de emociones, ¿sencillas o grandiosas?, no sé, que más dá, que torbellino de simples cosas que unidas eran el mundo de esos instantes tan felices.
   Mira como has estado atenta hoy, por un estímulo simple has sabido abrir esa gran caja que contiene tantos recuerdos bonitos que están vivos y con sus colores precisos después del tiempo.
   LLego a la conclusión que tengo la gran suerte de poseer infinitos recursos para darme momentos de felicidad que consigo prolongar en el tiempo cuando me llega un relámpago de aquellas tormentas sentimentales tan especiales, tan amadas por haber puesto el alma en lo que parecen pequeñeces y por darme cuenta que los que ya no están conmigo a la vista, están sujetando mi vida, haciéndome, de vez en cuando, cosquillas en el alma que me hacen sonreir y me dan un poco de paz, de la que necesito una montaña.