MI MARCHA

Y cuando llegue mi momento, no habrá tiempo para la tristeza y sí para el recuerdo.
De mi abuela corajuda, peleona y protectora a la que creía que quería más que a nadie y que se llevó, cuando se fué, mi primer trozo de corazón.
De mi amado padre, el hombre bueno y paciente, trabajador sacrificado por la familia que me quiso dar más de lo que pudo y que consiguió llegar a tiempo a la humildad.
De mi querida tía-madrina que se peleó su vida frente a todas las dificultades que encontró en su camino y que le hizo tan generosa. Su marido, mi tío-padrino que me quiso por amor a su mujer , al que cuidé mucho también por mi amor a su mujer. En el último momento abandoné a esta gran mujer cuando ejerció su derecho a morir.
De mi primer hermano, pequeñito colaborador querido, fuerte de mente, tierno hermano que sigue sobreviviendo a pesar de todo y del que no podría prescindir porque es uno de mis grandes apoyos.
De mi querido hermano-hijo del alma, regalo de mi madre, entregado a mí más que nadie y al que me espanta arañar el corazón y solo confío en su comprender que no será tan terrible perder este cuerpo encarcelado.
De mi querido y elegido marido-hijo que me acompaña en mi vida y tolera mis miserias, satisface mis necesidades mas acuciantes y perdona las impertinencias provocadas por mi impotencia.
De mi amiga-hermana a la que quiero incondicionalmente igual que ella a mi y nunca me falló.
Y de mi madre, el indiscutible amor de mi vida, que ha terminado de romper mi corazón con su marcha y que lo último que me ha enseñado es a no tener tanto miedo a desaparecer de esta vida.