MI PAZ

Necesito paz para desarrollar tranquilamente el día a día.

Quiero despertar a media noche y por las mañanas sin que el corazón se me acelere por el temor a afrontar una nueva jornada.

Deseo sentarme a desayunar relajadamente tomando despacio algo sano que inyecte energía a mi débil estructura.

Me gustaría, de mañana, oir palabras amables y alegres que me hicieran sonreir y me permitieran llenarme de optimismo para el resto de las siguientes horas.

Sería estupendo poder salir sin prisas a pasear un rato por algún paraje arbolado, inhalando los olores de la primavera.

Pediría para después, volver a casa, leer un rato antes de hacer la rica comida que después compartiría.

Sería muy gratificante escuchar alguna palabra de aprecio por lo bien que me ha salido el guiso.

Después de esto, reanudaría a diario mi afición de escribir con las motivaciones recopiladas por la observación de lo visto, sentido y olido en las horas anteriores y hacer al menos un dibujo al día que desfogue mi imaginación.

A media tarde las visitas a la familia que, por ser generosas de mi parte, me sirvieran de gratificación y no de desorden nervioso.

De vuelta, preparar una cena frugal sin complicaciones y compartirla con una charla agradable.

Un ratito de ordenador, una parrafadita escrita con un amigo en el messenger, compartiendo lo habido en el día y un poco de relax.

Un ir a la cama, música suave en la radio y un "buenas noches" antes de dormir.

Es bastante sencillo, no es demasiado, es un pedacito de paz para mí, para poder seguir viviendo y, conseguido esto, podría comenzar a pensar en la paz para los más cercanos y para los que están un poco más lejos.