SIMPLE INDEPENDENCIA

¿Mi deseo?: la independencia; la mía, mi independencia claro está.
Esta palabra es de las más largas que existen. Hay que empezar huyendo de la estrechez de los muros porque abruma, de los peldaños gigantes que aterran; esto en primer lugar junto con los sentimientos tan potentes como injustos que someten.
"Que difícil la huida, que larga la independencia?, ¿verdad?.
Además hay que inventar una pequeña ciudad con el bosque en el centro y, ahí, una casa extensa en lo interior; la decoraré y la adornaré con todo aquello que sea recuerdo de los sucesos más entrañables familiares.
Hasta aquí no es tan complicado como que la casa debe tener los menos tabiques posibles, blandos y han de moverse a mi paso para no dejarse rozar ni por mí ni por mi perro. Creo que esto se hará muy largo en el tiempo, espero llegar a estar aún.
Me gustaría que hubiera enormes carpas de conciertos, de teatro, de circo y supongo que, según vaya conociendo los huecos del lugar, se me irán ocurriendo más cosas.
Necesito ver a la izquierda una montaña tan alta como que jamás se le vea la cima por muy despejado que esté, me gustará imaginarla a diario.
No podría pasar sin un mar inmenso con un tobogán lento que me posara en el agua en verano.
Por último y pasando por encima de muchas cosas que aún no he tenido tiempo de imaginar, me es imprescindible la aparición de un maravilloso "avatar" que me ame como nadie ha sabido amarme.