VACACIONES

¿Me veis ahí en el barco?, es Creta; que bonito ¿no?.

No me veis, claro, es que nunca estuve ahí, pero este verano me gustaría pasearme en esa embarcación; sacar los piés y las manos por la borda, mientras se mueve y sentir ese roce de agua salada y, un poquito más allá, más lejos de las rocas, sumergirme desnuda en esas aguas frescas y transparentes, notando como me acarician y me bambolean mientras boca arriba miro la inmensidad del cielo con los ojos semiabiertos.

Los oidos sumergidos escuchan sinfonías mágicas, te hacen fantasear acerca de seres marinos que te llevaran a las profundidades con ellos para enseñarte, de la mano, las maravillas del fondo y luego devolverte de noche a la orilla para dormir sola, serena, plena.

Sería un día único y perfecto de las vacaciones de este verano y, quien sabe, a lo mejor alguien me acompaña y me saca de este caluroso y aburrido estío del que no disfruto y que además detesto.