SIN EXPLICACIÓN

Tiempos de silencio, de no comunicar nada porque no es necesario decir nada, son sabidos los porqués.
No es tan difícil no hablar, ni oportuna la palabra en estos días; se mira, se prueba, se ve posible , se toma la decisión y se hace.
Solo se cierra la boca y se cierran las manos y, en los puños, guardados se llevan los escasos residuos del que no tiene nada que decir, del que no quiere decir nada a nadie en estos tiempos.
Se somete uno a una terapia de frio que resulta aburrida pero tranquiliza, serena las prisas, las desconfianzas, los errores.
No contenta esta terapia pero sienta bien a la mente sobreexcitada, suprime obligaciones y exigencias que no corresponden a la realidad y ayuda mucho a poner los pies en la alfombra.
Te indica donde debes pasar unas vacaciones y en el hotel donde no te conviene esa habitación en estos tiempos.
Son tiempos duros, sin miradas a la lejanía, con soledades impuestas.
Yo creo que van a ser muy productivos, no se de que manera ni para quién pero, esto no importa ahora.