CUANDO SEA

Sea cuando sea, verás mirando hacia dentro, tirando de memoria y con el pensamiento asociado a la sonrisa que puedas conseguir.
Sea cuando sea, aprenderás a respirar dando aún más importancia a lo que huela que a inundarte de aire.
Cuando sea, notarás muy a menudo como el vello de todo tu cuerpo responde más al roce de cualquier cosa; y al principio reaccionarás con un susto, te pararás y pondrás tus sentidos a funcionar; te relajarás después y reconocerás todo, mediras las distancias y podrás esbozar una sonrisa.
Cuando llegue, me oirás hablar a kilómetros de distancia, igual que oirás el sonido de la tierra que pisas y que se acerca o quien está llegando y por que lado, e irás triunfando sobre lo adverso y sonreiras.
Cuando sea, habrás parado el reloj de la superficie
y del tiempo de las arrugas y calibrarás la voz y deducirás.
Si cuando sea tienes miedo alguna vez, libera tus más bellos paisajes, las más dulces caras que siguen viviendo en tu memoria, el sonido de los besos recibidos con amor y por fuerza el miedo desaparecerá.
Cuando sea, tendrás que comprender, lo antes posible, que los que te rodean, te amen o no, van a
hacerte la transición lo mejor que sepan; es por ello que debes aplicar el agradecimento en lugar de la ira, lo antes posible también.
La soberbia que puedas engendrar intenta cambiarla por compasión hacia el de al lado, así le harás más feliz que antes y te compensará en la nueva vida que tienes la posibilidad de emprender; en la que, como nueva que será, tendrás que volver a nacer, ir a clase, asignaturas diferentes y graduación para el nuevo trabajo que has de desarrollar.
Y por fin, cuando sea, sentirás que ya estás en el nuevo camino; sereno después del esfuerzo y dispuesto a seguir dando ejemplo de sabiduría y agradecimiento hacia todos aquellos que aman y respetan a ese hombre de siempre, a mi hermano.