VAN DE VUELTA

De repente sorprendida, enseguida eufórica y en la mente la palabra liberación y a continuación una sorprendente inundación de imágenes, de sonidos, de olores de reuniones, de palabras sensatas, de palabras cariñosas y en una ocasión de impotencia triste y comprensible.
Siento como se ha vaciado un espacio del corazón como si se hubiera pinchado un globo con un alfiler y por el agujerito se acabara de ir un trocito de mi vida, muy pequeño pero todavía vivo.
No sé si cuando yo, dé el paso, habré visto mucho más, no sé si llegaré a aprender aquello para lo que me mandaron porque no me acuerdo de haber pedido venir ni recuerdo las insrucciones, como a todo el mundo le pasa.
Algo he aprendido hoy: hay que acortar distancias, mucho más que de vez en cuando, para que el que se va lo haga con el abrazo más reciente y con la imagen del otro aún en la pupila.