UNA VENTANA
Detrás de esa ventana hay una flor esplendorosa, llena de pétalos blancos.
Se mantenía acomodada y solitaria en su maceta detrás de la cortina; no podía asomarse, no veía gente, solo era una flor.
Quien la plantó dejó, en un instante, de regarla porque hubo de marcharse y quien compró su semilla la mira todos los dias con melancolía.
Un espectador de la vida la colocó cerca de la luz que entraba y la miraba y se complacía en ella hasta que dejó de hacerlo y así, hasta que a la flor dejo de importarle demasiado.
Parece como si él se hubiera quedado ciego y ella dormida.
Un hombre pasó por la calle y se fijó en ella y la flor volvió , sin saber como, a elevar sus pétalos a modo de alas; se los atusa bien, se los da brillo; porque el hombre pasa todos los días por su acera para verla y sonrie cuando la mira y a ella le gusta.
Yo me pregunto: "¿será posible que esta flor pueda sacar sus raices de la maceta y llegar hasta las manos que él pueda tenderla?, ¿será posible?.
De momento y hasta el día de hoy, yo presencio la escena desde el otro lado de la calle y se me alegra el corazón cuando llega la hora de que se encuentren durante esos largos momentos, en que se miran, en los que nadie sabe lo que sienten, salvo ellos mismos.
1 comentarios:
Muy hermoso y profundo tu escrito moi
quiciera decir tantas cosas, que mejor no diere nada en esta ocacion.
Sigue escribiendo eres genial.
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