COMIENZAN
Llegaron así, mirándose a los ojos, muy despacio.
Ella muy cansada con su incipiente tripita y él muy orgulloso y con los ojos llenos de ella.
Le ayudó a acomodarse en el césped y le puso con todo el cuidado del mundo su chaqueta debajo de esa cabecita joven de pelo rizado y cara dulce; posó la mano en su vientre redondeado y ella acarició la cara de su amor.
El deseo de cuidarle le hizo levantarle las piernas y dar un suave masaje relajante en las rodillas para que ella pudiera seguir andando.
Yo les miraba de lejos y solo veia uno; ese "uno" que, en este momento, era indestructible mientras durara el amor.
Al marcharse pasaron por mi lado y no me vieron; no sabían de nadie, no conocian a nadie; solo existían ellos tres.
1 comentarios:
waoo un amor como pocos en estos dias muy sublime.
oye mara mi alma renace con tus pensamientos.
gracias por esos escritos tan hermosos.
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